Un apunte sobre la Diosa rubia del toreo


La mujer en el ruedo ha tenido sus vaivenes, y contrario a lo que su pudiera pensar, ellas, las toreras, han armado líos gordos al embelesar a la afición no sólo con su belleza sino también con su buen trasteo o rejoneo en su caso. 

Desde La Charrita hasta Hilda Tenorio las mujeres en México han llamado mucho la atención. La primera con vestidos largos que dejaban a penas ver su tobillo, era quien llenaba plazas a la par de Ponciano Díaz a finales del siglo XIX, cabe mencionar que en ese entonces también estaba en activo la Cuadrilla de señoritas toreras; la segunda, Hilda, enfundada ya en un traje de luces ha conseguido quedar en la memoria de muchos aficionados de mi generación. Ya entrado el siglo XX, es descubierta en el mundo del toro: Conchita Cintrón, nacida en Chile, criada en Perú, de padre puertorriqueño y madre norteamerica de origen irlandés*.

Se presentó por primera vez en México el 20 de agosto de 1939 como rejoneadora con dos toros de Caltengo, alternando con Manuel Jiménez, Chicuelín, Jesús Guerra Guerrita y Alejandro Montani. En las fotografías, los documentales (http://goo.gl/vCTMgE), las entrevistas y las notas de prensa, podemos percibir su fuerza, su carisma, su determinación, su buen toreo y también esa búsqueda por un toreo completo, sin –extrañamente- perder esa feminidad, que además era para recibirla con pañuelos blancos al partir plaza. Las prohibiciones para que las mujeres lidiaran a pie se consolidaron, en España con el estallido de la Guerra Civil y con ello, la Diosa rubia del toreo (mote que adquirió en México), no podía bajar del caballo, sobre esto, alguna vez declaró: "Todo lo que se hace a dúo es más bonito que a trío. Me enojaba estar supeditada a lo que el caballo quisiera".

Triunfó en los ruedos de Perú, Colombia, Venezuela, España, Portugal y México, se sabe que también actuó en una corrida incruenta en California. Escribió varios libros, entre ellos el que aún se puede encontrar en la vendimia de cualquier plaza, es Por qué vuelven los toreros; su biografía Recuerdos es un poco más difícil de conseguir. También escribía para algunos periódicos, en México y España.

Cintrón fue madre de cinco hijos, su esposo un portugués, contrario a lo que se presume que provocan las esposas, no fue un factor para que ella dejara los ruedos, se retiró a los cincuenta años con más de 400 festejos que la consagraron en el mundo del toro. Y ahora que sabemos que Francia está siendo ejemplo de cómo lidiar a los toros, podríamos apuntar que la Diosa rubia a sus 70 años, en traje campero, hizo el paseíllo en Nimes… para placer de muchos, a sabiendas que desde su nacimiento la sangre de medio planeta ya le pertenecía. 

¿Cuándo volverán esos tiempos en que lidiar al lado de mujeres como Conchita, La Charrita o Juanita Cruz serán muestran de tanto valor como hacerlo a la par de varones? Maripaz Vega, una de las españolas que sabe lidiar, sigue sin figurar en grandes carteles y es verdaderamente una lástima.

*Murió en febrero de 2009. 

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