Un apunte sobre la Diosa rubia del toreo

La mujer en el ruedo ha tenido sus vaivenes, y contrario a lo que su pudiera pensar, ellas, las toreras, han armado líos gordos al embelesar a la afición no sólo con su belleza sino también con su buen trasteo o rejoneo en su caso. Desde La Charrita hasta Hilda Tenorio las mujeres en México han llamado mucho la atención. La primera con vestidos largos que dejaban a penas ver su tobillo, era quien llenaba plazas a la par de Ponciano Díaz a finales del siglo XIX, cabe mencionar que en ese entonces también estaba en activo la Cuadrilla de señoritas toreras; la segunda, Hilda, enfundada ya en un traje de luces ha conseguido quedar en la memoria de muchos aficionados de mi generación. Ya entrado el siglo XX, es descubierta en el mundo del toro: Conchita Cintrón, nacida en Chile, criada en Perú, de padre puertorriqueño y madre norteamerica de origen irlandés*. Se presentó por primera vez en México el 20 de agosto de 1939 como rejoneadora con dos toros de Caltengo, alternando c...