-¡No quiero saber de ti... ni de tus alamares!
-¡No quiero saber de ti... ni de tus alamares!- Le dijo la famélica joven al torero que regresaba abatido por la lucha. -¡Qué sabes tú de mi pena!- Le respondió él, encongiéndose de hombros y le dio la espalda. Sabía que también a ella la había perdido porque no estaba dispuesto a volver a sus brazos. No volvería porque hay que tener vergüenza, porque no hay que encogerse de hombros y regresar con una súplica. La Primera de La México Enrique Ponce: Oreja y Palmas; Nada en el de regalo Diego Silveti: Palmas y Silencio; sin toro de regalo Arturo Saldívar: Dos orejas y Palmas; Orejas y Rabo en el de Regalo Enrique Ponce cortó su segunda oreja en ruedos mexicanos, lamentablemente mantiene con ello los ánimos tibios pues, como los malos toros, no acaba de romper en la faena. Frustrado ante un toro de regalo al que bien pudo cortale las orejas de no haber fallado -como si esto fuera raro en él- con la espada. Arturo Saldívar Por su cuenta ha cortado cuatro orejas y un rabo. Suma ...